El Espacio y el Vuelo


Al finalizar el Ochocientos los matemáticos superaron los conceptos de la geometría euclidiana y descubrieron que las tres dimensiones, alto, largo, y profundidad, retenidas hasta entonces los parámetros fundamentales del universo, no eran las únicas posibles. Nacieron así los hiperespacios, es decir espacios con más de tres dimensiones, inaccesibles a los sentidos humanos, pero que ya la ciencia y las matemáticas describen y estudian en el modo más completo.

A la representación artística de estos nuevos modos está dedicada la búsqueda que vengo realizando desde hace algún tiempo. Con el empleo del acero inox-color, que por el brillo y los reflejos que produce, he podido descubrir estas nuevas dimensiones.

Mi obra se desarrolla atendiendo a ciertas consideraciones personales sobre el espacio contemporáneo. Para mi siempre ha sido motivo de preocupación e investigación la forma con la cual el hombre fue concibiendo y representando el espacio en cada una de las épocas de la historia de la humanidad.

En el mundo actual vemos como el ser humano vive y actúa en un espacio que es producto de constantes cambios que se suceden rápidamente y a veces de manera imperceptible.

En este orden de ideas propongo esta muestra antológica del vuelo, que ya inicié en el año 1957, época de mi llegada a Roma, donde me deslumbró todo el Renacimiento italiano, encabezado por algunos grandes artistas y filósofos.

Fue Leonardo Da Vinci el que más me interesó, cuya grandeza es notoria; dedicó toda su vida a la ciencia y al arte. Fue él el primer artista que hizo los estudios sobre el vuelo; más tarde Galileo Galilei descubrió otros espacios.

El volumen y el espacio forman, para mi, los elementos esenciales de mayor interés; con estos he trabajado con gran atención en el transcurso y desarrollo de mi obra. A estos se une el color, elemento determinante y vital de mi quehacer artístico.

Pongo a consideración este nuevo aporte al público en general, a los hombres de cultura, y sobre todo a los artistas ecuatorianos, a quienes, en especial modo, dedico esta exposición.

Estuardo Maldonado, abril de 1988