Mariane de Tolentino |
Estuardo Maldonado es un artista polivalente: pintor, escultor, dibujante, grabadista. Domina tanto el arte universal como el de su región andina, tanto el pasado más artesanal como la contemporaneidad más tecnológica. Se siente cómodo en su taller de Roma y en su taller de Quito. Es un ciudadano del mundo y por supuesto del Ecuador.
Pero hay algo más que podemos comprobar en sus exposiciones de metales. Allí sus piezas en hacer de inox-color consiguen, en su proceso y en sus efectos ópticos, un lenguaje, un lenguaje totalizante y pluridimensional. Es escultura por su material y en su género de relieve para pared. Es pintura por la riqueza y las variaciones del colorido. Es dibujo por el reino de la línea que determina ritmos y estructuras. Es grabado por el labrado y el tratamiento químico de las planchas.
La pluridimensionalidad continúa. Ya no aludimos a la bidimensionalidad y la tridimensionalidad plásticas, sino a una trascendencia que a la vez incluye y supera las propiedades físicas de la obra. La superficie de las placas posee una luminosidad especial de metáfora “solar” despidiendo rayos. No nos sorprende ese atributo real-simbólico, consonante con las preocupaciones cósmicas del artística.
......Una de las aspiraciones del hombre, desde tiempos inmemoriales, ha sido penetrar dentro del cuadro y pasar del otro lado del espejo. Estuardo Maldonado permite satisfacer ese deseo intelectual. Cuando miramos sus placas, después de apreciar formas, texturas, colores, descubrimos entonces el reflejo. La imagen producida por el artista, apresa la imagen “paisajística”....... que cambiará según la colocación de la obra. Surgen mundos nuevos y mágicos. De la geometría de Estuardo Maldonado nacen la ilusión, el onirismo, la emoción. Sí en esta precisa situación estética, una construcción, racional, calculada, rigurosa, gesta el lirismo. Al mismo tiempo, las láminas poseen una gran serenidad, como si fueran al resultado de un ejercicio espiritual de meditación. En ello intervienen el uso armoniosamente combinado de elementos simples, perfectamente interrelacionados o imbricados, con un acabado inmejorable. Nos encontramos en el reino de la Materia y el Espíritu, aunados en, y por la obra de arte.
Ahora bien, aunque tendemos a dejarnos seducir por la poética de las obras, hemos de ponderar su constructivismo magistral. Las líneas seccionadas, los planos escalonados, el juego de las alternancias verticales, horizontales, oblicuas, la simetría o asimetría (equilibrada siempre), los movimientos centrípetos o centrífugos, en fin una organización articulada de la geometría en el espacio, edifican arquitecturas interiores.
Estas composiciones, estas estructuras caracterizan por una dinámica- en la lateralidad, en la profundidad, en la superficie real, en la distancia virtual – que las hace propuestas cinéticas. Estuardo Maldonado elabora sistemas siempre coherentes, y articulados: es la sintaxis de su discurso. Finalmente, inventiva increíble, los cuadros en acero-inoxidable de colores translúcidos no se repiten nunca, en diseño, en forma, en color, en ordenamiento, en ritmo, a pesar del común denominador de la vocación constructiva y del material utilizado.
MARIANE DE TOLENTINO